El himno nacional de El Salvador es un símbolo musical representativo de la nación centroamericana. Forma parte de los símbolos patrios. En este post hablaremos un poco de la historia, significado y la letra de esta melodía.
Historia
Este himno fue escrito por el general salvadoreño Juan José Cañas y el musico Italiano Juan Aberle se encargó de la música. Formalmente fue entonando por primera vez el 15 de septiembre de 1879. Desde la primera ocasión que se entono este himno, fue considerado como una hermosa melodía. Razón por la cuál llevo a que tanto Cañas como Aberle fueran honrados y reconocidos con una medalla de oro como servidores de la patria. Gracias a la excelente labor en componer el himno nacional.
Cabe mencionar que para estas fechas el himno actual no era considerado oficial. Incluso durante los años 1891 a 1894 otra melodía era la considerada oficial. Pero cuando el gobierno de turno cayo, el himno compuesto por Cañas y Aberle volvió a tomar fuerza y cada vez fue formando parte de la identidad salvadoreña. Fue oficialmente adoptado como himno nacional de la Republica de El Salvador por la asamblea legislativa, el 13 de noviembre de 1953.
Letra del himno nacional de El Salvador
La letra de este símbolo musical de El Salvador tiene tres estrofas y un coro. Sin embargo, en la mayoría de los eventos oficiales, es muy común escuchar solamente el coro y la primera estrofa. Esto debido a que es la parte musical más fuerte del himno.
CORO:
Saludemos la patria orgullosos
De hijos suyos podernos llamar;
Y juremos la vida animosos,
Sin descanso a su bien consagrar.
PRIMERA ESTROFA.
De la paz en la dicha suprema,
Siempre noble soñó El Salvador;
Fue obtenerla su eterno problema,
Conservarla es su gloria mayor.
Y con fe inquebrantable el camino
Del progreso se afana en seguir
Por llenar su grandioso destino,
Conquistarse un feliz porvenir.
Le protege una férrea barrera
Contra el choque de ruin deslealtad,
Desde el día que en su alta bandera
Con su sangre escribió: ¡LIBERTAD!
SEGUNDA ESTROFA.
Libertad es su dogma, es su guía
Que mil veces logró defender;
Y otras tantas, de audaz tiranía
Rechazar el odioso poder.
Dolorosa y sangrienta es su historia,
Pero excelsa y brillante a la vez;
Manantial de legítima gloria,
Gran lección de espartana altivez.
No desmaya en su innata bravura,
En cada hombre hay un héroe inmortal
Que sabrá mantenerse a la altura
De su antiguo valor proverbial.
TERCERA ESTROFA.
Todos son abnegados, y fieles
Al prestigio del bélico ardor
Con que siempre segaron laureles
De la patria salvando el honor.
Respetar los derechos extraños
Y apoyarse en la recta razón
Es para ella, sin torpes amaños
Su invariable, más firme ambición.
Y en seguir esta línea se aferra
Dedicando su esfuerzo tenaz,
En hacer cruda guerra a la guerra:
Su ventura se encuentra en la paz.